Hoy en día podemos encontrar miles de modelos diferentes de mochilas escolares, pero no todos cumplen los criterios de una mochila adecuada para proteger la espalda de los niños.

Al comprar una mochila debemos buscar que:

1. El tamaño sea el adecuado para cada niño. Comprando una mochila demasiado grande, sólo conseguiremos que la lleven de manera incorrecta y más cargada.
2. Que pese poco, ya que vamos a llenarla de libros y cuadernos, por lo menos que la mochila sea lo más ligera posible.
3. Las correas deberán ser regulables y estar acolchadas en la zona donde se apoyan en los hombros.
4. Que tengan al menos una correa en el pecho (uniendo las de los hombros) para distribuir y repartir mejor el peso en el tronco. Si es posible, lo ideal es que tenga también la correa de la cintura, como la que llevan las mochilas de montaña.
5. Que el interior esté compartimentado, para permitir que los elementos grandes y pesados se coloquen lo más cerca posible del cuerpo y no “caigan” hacia afuera en la mochila creando una mayor palanca y sobrecarga lumbar.

Pero todo esto sólo es interesante si después ajustamos y atamos las correas y colocamos bien los libros y cuadernos dentro de la mochila. Cuanto antes comencemos a enseñar a los niños a hacerlo de esta manera, más posibilidades tendremos de que en la adolescencia lo continúen haciendo, porque aunque no sea «fashion», al menos es cómodo.